Cuando un niño tiene dificultades para concentrarse, seguir instrucciones, regular su conducta o coordinar su cuerpo, es habitual que los padres piensen que es “despistado”, “no pone de su parte” o “se porta mal”.
Sin embargo, en muchos casos no es un problema de actitud, sino de maduración neurológica.
La inmadurez neurológica aparece cuando ciertas áreas del cerebro (generalmente relacionadas con la atención, el control motor o la regulación emocional) no han alcanzado todavía el nivel de organización esperado para la edad del niño. Esto puede deberse a múltiples factores: desarrollo desigual entre hemisferios, falta de integración sensorial, retraso de hitos motores o estrés prolongado.
A continuación, te mostramos las 7 señales más comunes y cómo puedes detectarlas fácilmente en casa.
1. Dificultad para mantener la atención
Los niños con inmadurez neurológica se distraen con facilidad, les cuesta terminar tareas y saltan de una actividad a otra. Esto no significa falta de voluntad; el cerebro simplemente no consigue sostener el foco el tiempo suficiente.
Señal en casa:
No puede permanecer más de 5–10 minutos haciendo algo sentado, incluso si le gusta.
2. Problemas para regular su conducta
Rabietas frecuentes, impulsividad, dificultad para esperar turnos o reacciones desproporcionadas pueden indicar inmadurez del sistema encargado del autocontrol.
Señal en casa:
Explota emocionalmente ante pequeños cambios, frustraciones o normas cotidianas.
3. Torpeza motora o mala coordinación
Cuando el cerebro no integra bien la información sensorial y motora, el cuerpo lo refleja: tropiezos, mala postura, escritura irregular o dificultad para actividades deportivas.
Señal en casa:
Se cae a menudo o parece “poco ágil” comparado con otros niños de su edad.
4. Problemas de lateralización
La lateralización es el proceso por el que el cerebro establece un hemisferio dominante. Cuando este proceso se retrasa o es inconsistente, aparecen dificultades cognitivas y motoras.
Señal en casa:
Cambia de mano para comer, pintar o realizar actividades sin un patrón claro.
5. Hipersensibilidad o hiposensibilidad sensorial
Algunos niños reaccionan “de más” a sonidos, luces o texturas; otros “de menos”. Esto indica una integración sensorial incompleta.
Señal en casa:
Rechaza ciertas prendas, le molestan los ruidos o busca estímulos de forma constante.
6. Dificultad para seguir instrucciones
No porque no quiera, sino porque su cerebro procesa la información de manera más lenta o desorganizada.
Señal en casa:
Necesita que le repitan las instrucciones varias veces para poder ejecutarlas.
7. Retraso en hitos motores tempranos
El gateo, volteo, arrastre y otros reflejos primitivos son fundamentales para el desarrollo del cerebro. Si se han omitido o no se integraron bien, puede haber consecuencias en la etapa escolar.
Señal en casa:
El niño saltó directamente a caminar sin gatear o gateó muy poco tiempo.
¿Por qué es importante detectarlo a tiempo?
Una inmadurez neurológica no se corrige sola, pero la buena noticia es que se puede entrenar.
Mediante programas basados en:
- Estimulación sensorial
- Fortalecimiento hemisférico
- Integración motora
- Ejercicios neurofuncionales
- Hábitos reguladores
Es posible reorganizar las conexiones cerebrales y mejorar la conducta, la atención y el aprendizaje.
En REMIND Zaragoza trabajamos precisamente con esta metodología para acompañar a los niños hacia un desarrollo más equilibrado y funcional.
Conclusión
Si tu hijo presenta varias de estas señales, no es falta de esfuerzo ni un problema emocional: su cerebro simplemente necesita madurar ciertas áreas. Detectarlo pronto permite intervenir antes, mejorar el rendimiento escolar, facilitar la convivencia en casa y potenciar su bienestar general.
Contacta con nosotros si quieres saber más sobre qué hemisfericidad tiene su hijo y cómo podemos ayudaros mejor con nuestro programa de Equilibrio Cerebral Remind.
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Muchas gracias por estar aquí!!! 
El equipo de Remind Zaragoza
Referencias:
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Khalil, M., & El-Masry, S. (2021). Hemispheric functional imbalance and its impact on attention and motor coordination in children. Journal of Child Neurology, 36(7), 528–536.
Miller, L. J., Anzalone, M. E., Lane, S. J., Cermak, S. A., & Osten, E. T. (2007). Concept evolution in sensory integration: A proposed nosology for diagnosis. American Journal of Occupational Therapy, 61(2), 135–140.
