¿Tu hijo tiene dificultades para concentrarse, se mueve sin parar o responde con frustración intensa a pequeños cambios? Aunque estas señales a menudo se atribuyen a la personalidad o a diagnósticos como el TDAH, existe una causa poco conocida que puede estar detrás: los reflejos primitivos no integrados.
¿Qué son los reflejos primitivos?
Los reflejos primitivos son movimientos automáticos con los que nacemos. Son esenciales durante los primeros meses de vida para funciones como succión, agarre o supervivencia. Sin embargo, conforme el sistema nervioso madura, estos reflejos deberían desaparecer, dando paso a movimientos más voluntarios y coordinados. Cuando esto no ocurre correctamente, los reflejos primitivos permanecen activos en el cuerpo y pueden interferir en el desarrollo emocional, motor y cognitivo del niño.
¿Qué problemas puede causar un reflejo no integrado?
Según el tipo de reflejo activo, pueden aparecer diferentes síntomas:
- Reflejo de Moro: sensibilidad extrema al estrés, miedo, llanto intenso ante pequeños cambios.
- Reflejo tónico asimétrico del cuello (ATNR): mala postura, escritura difícil, lectura lenta.
- Reflejo tónico simétrico del cuello (STNR): torpeza motriz, dificultad para permanecer sentado.
- Reflejo de Galant: inquietud en la silla, movimiento constante del tronco.
- Reflejo de succión o de búsqueda: problemas de lenguaje, dificultades con la comida.
Muchos de estos reflejos alteran la conexión entre cuerpo y cerebro, afectando la atención, la autorregulación emocional o la coordinación.
¿Cómo saber si mi hijo tiene reflejos activos?
En Remind Zaragoza realizamos valoraciones específicas para identificar estos patrones neurológicos activos. A través de pruebas sencillas, podemos detectar si hay reflejos que están interfiriendo en el desarrollo de tu hijo y proponer un plan de trabajo personalizado.
¿Se pueden integrar los reflejos?
¡Sí! La buena noticia es que el cerebro mantiene su capacidad de reorganizarse (gracias a la neuroplasticidad) incluso en la infancia tardía y adolescencia. A través de ejercicios específicos, estímulos motores y terapias integrativas, es posible reeducar el sistema nervioso y ayudar al niño a liberarse de estos bloqueos.
Conclusión
Muchos comportamientos que parecen “problemas de actitud” son en realidad respuestas neurológicas involuntarias. Comprender la importancia de los reflejos primitivos nos permite ver al niño desde una nueva perspectiva: no como alguien que “no quiere” sino como alguien que no puede aún. En Remind Zaragoza te ayudamos a detectar estas señales ocultas y a acompañar el desarrollo integral de tu hijo. ¡Juntos podemos construir una base sólida para su bienestar!
Contacta con nosotros si quieres saber más sobre qué hemisfericidad tiene su hijo y cómo podemos ayudaros mejor con nuestro programa de Equilibrio Cerebral Remind.
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El equipo de Remind Zaragoza
Referencia:
Goddard Blythe, S. (2009). Reflexes, learning and behavior: A window into the child'smind. Fern Ridge Press.